La Primera Revolución Politica de Quito 1809

LA REVOLUCIÓN POLÍTICA DEL 10 DE AGOSTO DE
1809
( Reflexiones sobre la primera revolución política en América Latina)
Por Fabián Núñez Baquero
09-10/08/2007

“…que todos los hijos de Quito eran unos rebeldes e insurgentes; y otras especies de
este orden….”
Pedro Fermín Cevallos (1)


Hoy se cumplen 198 años de la revolución internacional de Quito en contra de la dominación imperialista ibérica que dio inicio a la independencia de las colonias americanas del Imperialismo monárquico español. Los patriotas que la dirigieron,al menos la mayoría, eran procedentes de la nobleza criolla, pero a la vez fueron discípulos del gran maestro Eugenio Espejo, un simpatizante fervoroso de los enciclopedistas y de la Revolución Francesa que destruyó la dictadura de la nobleza y la monarquía y que tuvo alcance europeo y mundial. Con toda razón se llamó – como se destacó en ese entonces en una pancarta en Valparaiso, a esta ciudad: Quito, Luz de América, porque nadie, al menos hasta el 10 de agosto de 1809, había proclamado en toda América Latina, una Junta Soberana que planteaba su independencia de España aunque camuflada en reiteradas y formales adherencias al rey Fernando VII.(2)

(1) Historia del Ecuador- Tomo III- Biblioteca Letras del Tungurahua- Municipio de Ambato 1986-página 46
(2) El verdadero término a que aspiran es su soñada independencia…fruto de las semillas que dejó sembradas un vecino nombrado Espejo, que se ha cultivado después por la vitanda familia de los Montúfares…-Carta del Presidente Joaquín Molina al Virrey Abascal y Souza de Lima- O.E. Reyes
op.cit. p.315

Era el tiempo cuando Bolívar ni siquiera soñaba ingresar en la lucha independentista.(3)

(3) En 1809 volvió a su patria, y, pese a las instancias de su primo José Félix Ribas, rehusó adherirse a la
revolución que estalló en Caracas el 19 de abril de 1810.- Karl Marx.-Biografía de Simón Bolívar escrita en Enero de 1858- Publicada en The New American Cyclopedia- transcrito a HTML por Juan Fajardo, febrero de 1999.

La reaccionaria burguesía actual – cómoda y obesa-, sus intelectuales, periodistas y
militares, igual que la burocracia de la administración, la educativa y sindical, que
duermen el sueño de los opresores, conmemoran el 10 de agosto como si se tratara de un día de raegetón, de farándula, de murga y circo, y no tienen la menor idea de lo que significó esa extraordinaria revolución política. A lo más- y con patrocinio del estado burgués- lo han transformado en grito.

La revolución de 1809 no fue el primer grito de emancipación, fue la primera revolución política para liberarse del yugo imperialista español en América.Para quienes estudiamos la historia desde la perspectiva de los oprimidos se nos hace nítido que esa revolución fue la que rompió la yugular del león ibérico y la que hasta ahora nos hace pensar en los hombres, retos y programa que son ineludibles para la nueva revolución necesaria.
Y decimos política y no social, porque la primera no implica de ningún modo revolucionar, transformar drásticamente el sistema de propiedad, la riqueza y la economía, mientras que la otra vuelca toda su fuerza en abolir el sistema de propiedad y las relaciones de producción. La Revolución Francesa de 1789 fue social, lo mismo que la revolución de Octubre de 1917. No así la lucha independentista, aunque, en última instancia, fue influenciada por la francesa.

Eugenio Espejo, quien fue encarcelado- y murió en presidio- por su labor de conspirador y abogado de una revolución republicana democrática inspirada en la independencia de los EEUU y, sobre todo, en la épica Revolución Francesa , fundó La Escuela de la Concordia, que no era otra cosa que una célula de un partido subversivo liberador, la misma que quiso extender en todas las provincias y en todo el Continente. En ella- y en sus escritos- se nutrieron los patriotas quiteños, quienes respondieron después conforme a sus propios intereses de clase- a la llamada independentista contra el imperio monárquico.

Causalidad y sentido histórico de la revolución política de Quito

Si releemos la narración de los hechos del mal llamado primer grito de la independencia, al menos por los historiadores más sesudos como Pedro Fermín
Cevallos u Oscar Efrén Reyes, veremos repetirse en un escenario extraordinario todos
los problemas que debe afrontar una revolución aunque, en este caso, una revolución
política que de ninguna manera iba a cambiar el modo de producción existente, pero que tenía una significación de primer orden puesto que se trataba de una revolución donde podemos ver la mezcla de las tendencias monárquicas, monárquicas constitucionalistas y democrático- republicanas, en una época de claro y rotundo conflicto entre los imperialismos de España, de Francia y el naciente y ultra poderoso de Inglaterra.Por lo que la revolución de Quito no estaba determinada- como los historiadores Pedro Fermín Cevallos y Oscar E. Reyes lo reconocen- por los conflictos o la realidad del entorno nacional sino por la palestra mundial donde peleaban a muerte los imperialismos por el mando del mercado mundial , por lo que manipulaban a todas las naciones aliadas o subordinadas a su favor: Inglaterra al amparo de una feroz y agresiva burguesía naciente igual que Francia _ aunque Napoleón ya era representante de lamonarquía- y el imperio decadente español que luchaba por mantener su dominación feudal-mercantilista de siglos.
Es decir, en esencia, la lucha de dos modos de producción, el feudal monárquico, y el
capitalista republicano. Pero ambos modos de producción fueron absorbidos en la
revolución de Quito y en todo el proceso de emancipación latinoamericana por la lucha
a favor de la supervivencia del modo de producción feudal-capitalista , con la misma
clase dominante criolla pero independiente de una España monárquica dominada por
fuerzas napoleónicas.
Todo el proceso revolucionario quiteño fue alentado después y auspiciado por el
imperialismo inglés cuyo único objetivo era copar el mercado mundial, como lo hizo,
llevando luego a la bancarrota a los obrajes, textiles e incipiente industria nacional (Chillo Jijón se fue a la quiebra) e imponer lana, paño y casimir inglés. En todo este magno proceso, Bolívar fue un agente eficaz del imperio anglosajón, quien nos endeudó a Inglaterra en una nefasta y prolongada deuda que solo concluimos de pagarla en la dictadura del general Rodríguez Lara en 1977, para mantener en esencia la dictadura de la nobleza criolla en lugar de la de la nobleza y rey hispánicos.
Por eso el pueblo, luego de concluida la epopeya emancipadora- con el eterno dictador
Bolívar copándolo todo- acuñó la clarividente sentencia: Último día del despotismo y primero de lo mismo. Con ello reconocían- aunque de manera epigramática- que la independencia no era sino un cambio de amo por parte de las masas de trabajadores,artesanos y pobres.

Problemas del liderazgo revolucionarioo

Se puede percibir, con la claridad que da la distancia doblemente secular, la pervivencia anómala y contradictoria de una dirección revolucionaria, empujada por vientos contrarios que surgían de su propio liderazgo y cómo cuando éste no tiene una sola voluntad programática, las fuerzas que lo constituyen llegan a convertirse en algo parecido a la impotencia debido a que cada cual lleva el agua a su propio molino. Al fin y al cabo- en un momento dado- todas las facciones que representan a intereses particulares de clase, todas dicen estar por la misma causa, de acuerdo en la lucha por los mismos principios, para al fin ver cómo en la realidad esta ficticia unanimidad estalla en la ardiente pero combatiente contradicción.

La una facción conducida por Juan Pío Montúfar, Marqués de Selva Alegre, quería
fundar el Reino de Quito con un rey criollo a quien deberían de llamar Majestad
Serenísima y con nobleza y séquito. La otra facción, comandada por el Conde de
Villaorellana, Sánchez Carrión, luchaba por una monarquía constitucional, que tendría
un rey, sea el mismo español o el criollo, pero con un parlamento y sus ministros. Y la otra, conducida por Antonio Ante, Juan de Dios Morales y los Ascázubis, que
francamente luchaban por una democracia republicana tipo Revolución Francesa.
Ninguna de las facciones atentaba ni contra el régimen de propiedad ni contra la
economía de la clase dominante, sea hispánica o criolla. Si bien llamaron a los
campesinos y trabajadores de sus haciendas e industrias ( los Batanes o empresas
hilanderas y textiles) para sumarse a la revolución, jamás plantearon ni se les hubiera ocurrido liberar económicamente a los trabajadores y pueblo pobre de su propia dominación como clase.(4)
(

(4)
Héroes también fueron los que entregaron toda su hacienda: José Guillermo Valdivieso, y aquel Marqués de Maenza, Manuel Matheu y Herrera, que organizó a sus peones para combatir, y cuando tuvo que retirarse, dio fuego a sus propiedades…Alfredo Pareja Diezcanseco- Historia del Ecuador-Edición
Casa de la Cultura Ecuatoriana 1958-Vol.I p.351-352

En todo caso, lo que les unía era su ardiente deseo de liberarse de la dominación
hispánica que a control remoto se ejercía desde la Metrópoli. Pero si bien es cierto todos luchaban contra España y su dominio, sus intereses de clase y la forma de gobierno que anhelaban era distinto y les llevó no sólo a enfrentamientos intestinos que debilitó e hizo posible la derrota de la revolución, sino a destinos históricos diferentes. Talvez la figura señera y batalladora del coronel Carlos Montúfar, quien fuera pacificador realista primero, luego revolucionario de la línea del Marqués de Selva Alegre, para después ser atacado por realistas y patriotas, encarne de manera trágica e intrépida a la vez la tremenda contradicción del liderazgo revolucionario. Montúfar, al fin, murió fusilado en Buga como representante de los patriotas y cobijado por la bandera roja del Quito Independiente, porque roja fue la bandera que auspició el nacimiento del país.(5)

5) “Se concibió y se levantó una nueva bandera, símbolo de un nuevo pueblo libre: totalmente roja, y el asta blanca.” Oscar Efrén Reyes-Breve Historia General del Ecuador- Tomo I- 10ª edición, página 333 – Quito- edición póstuma de aproximadamente 1968.- Sin pie de imprenta ni fecha.

La persistencia de esta alianza feudal burguesa al inicio de la revolución contra España, tendrá su protagonismo en la dirección de la revolución burguesa de Eloy Alfaro, ochenta años después, una revolución social inconclusa con el asesinato de su caudillo.
Es evidente que la conducción alfarista del denominado partido liberal también estuvo
plagada de la contradicción de tendencias en el liderazgo cuyo resultado en definitiva fue la derrota de la tendencia jacobina que guiaba Alfaro y que le impidió realizar la revolución agraria y la independencia del nuevo imperialismo.
Desde las centurias que nos separan los revolucionarios de 1809 ya nos advierten que
no se pueden unir fuerzas de distinto signo- aunque parezcan similares- si es que no se quiere repetir la unión de fuerzas con signo contrario cuya consecuencia sea cero y el resultado la derrota de la revolución.
De todos modos, la teoría, los documentos y acciones tomadas por esta Junta Soberana
pueden considerarse- igual que la Revolución Francesa-, de importancia e impacto
internacional. Los quiteños- que encarnaban, después de todo, el espíritu revolucionario de los pueblos que se alzaron contra las Alcabalas, los Estancos y las Aduanas, que tuvieron en Pedro de Puelles un extraordinario ejemplo, por ser el primero en América,que ya en época de los mismo Pizarros proclamó la necesidad de luchar por la independencia de España y quien fuera despedazado por los realistas y las partes de su cuerpo echadas a rodar por los cuatro puntos cardinales- no se contentaron con armar su revolución casa adentro, sino que desplegaron documentos, hombres y acciones, a los dos Virreynatos, el de Santa Fe y el de Lima , Buenos Aires y toda América.
Como todos los precursores, recibieron burlas, sentimientos de risa, incredulidad,
asombro, mofa o admiración, no sólo de extranjeros sino, y sobre todo, de sus propios
paisanos. Fue el internacionalismo de la revolución de Quito la que le hizo presa del
saqueo y los crímenes por las fuerzas coaligadas de los dos Virreynatos, de fuerzas de Cali, Panamá, Santa Fe; del ataque de los reaccionarios de Cuenca y Guayaqui(6) y sus tropas; del bloqueo total de meses hasta punto del martirio y el hambre y la masacre de centenares de combatientes del pueblo, aunque al principio al menos- por el propio aislamiento del liderazgo revolucionario- no habían apoyado a la revolución.(7)

6)El Gobernador de Guayaquil, que era el coronel español don José María Cucalón atizó, delictuosamente, el rencor regionalista. Y no sólo despreció a la Junta Soberana de Quito y su intención patriótica, sino que previno a Guayaquil contra Quito, tratando a este pueblo de “ignorante y novelero, despoblado y andrajoso”. Y confiscó los bienes de los “serranos” residentes en Guayaquil, les arrebató dinero y mercaderías, aunque no se comprobara en ellos precisamente ninguna simpatía revolucionaria.– Reyes Op.cit. p. 318-319
5
(7) Y las revoluciones que no se rodean de popularidad son como esas miserables fuentes de agua que, sin acertar a recoger en su curso otras fuentes, se pierden entre las acequias que la desangran y agotan, sin alcanzar el logro de ir a encresparse en el océano-C evallos op.cit.. p. 22

Cevallos asegura que los realistas- sólo en la masacre del 2 de agosto de 1810- habían utilizado más de 20 mil tiros contra el pueblo que se defendía con palos, piedras y cuchillos. Cuando las fuerzas represivas utilizan 20 mil tiros es porque hieren y matan también a miles. Pero la revolución duró más de tres años, antes de ser sofocada por los imperialistas y volver al dominio monárquico español.

Para ponderar serenamente las palabras ditchas arriba, bien vale la pena citar un poco extensamente a Alfredo Pareja Diezcanseco:
"El 15 de junio ( de 1812), el pueblo salió a las calles, ante las noticias alarmantes de que se preparaba una fuerte invasión realista desde Pasto…Volvieron entonces a bambolearse a todo vuelo las campanas de Quito, hasta que enmudecieron para ser fundidas en balas de cañón. Día y noche, se fabricaba pólvora. Los curas de pueblo organizaron partidas de indios armados de lanzas y flechas. Toda mujer entregó sus joyas por la causa. Ningún soldado ni oficial ganó salario: comían de lo que
encontraban y de lo que les daban los campesinos. Y los niños salieron con las
tropas para aprender a morir.
(
Ningún caudillo posterior, hablando en serio, sea Bolívar o Sucre, tuvieron la
importancia decisiva de estos preclaros precursores y del increíble y revolucionario
pueblo quiteño. Y lo que es más categórico, ni Bolívar- que también fue miembro de la nobleza venezolana- ni nadie, rebasaron el programa de la revolución política quiteña que no tocó para nada las relaciones de propiedad ni luchó por la liberación económica del mismo pujante pueblo de artesanos y pobres que entregaron la vida heroicamente en los campos de batalla dentro y fuera de Quito.
En la revolución quiteña se volvió a repetir la vieja utilización de una clase social
sojuzgada para los intereses de su misma clase social dominante. Los futuros
terratenientes y burgueses de las tres facciones independentistas lograron convencer a un pueblo maltratado y tiranizado, para quien todos los responsables de sus males eran los conquistadores españoles, los chapetones, para luchar a favor de su causa. Y así lo hicieron, sólo para después constatar que no eran los nobles españoles sus enemigos sino la misma nobleza, sea española o criolla, el modo de producción feudal, el sistema servil, los responsables de sus penas y de su martirio. Por eso muchos- y aún hasta las últimas décadas del siglo XX- hablaron de la necesidad de realizar una segunda independencia.
Programa, estrategia y táctica de los quiteños
( Lecciones para el proletariado actual)

Ahora que está de moda la creencia que todo se puede improvisar y que una conducción
política surge simplemente de las masas solamente en batallas concretas en las calles y que no es necesario ni una preparación de la línea política, ni de programa, ni del
entrenamiento de los mismos guías revolucionarios, bueno será poner sesos y serenidad
en lo que ya hicieron los revolucionarios quiteños hace dos siglos.
Es evidente, en primer lugar, que muchos dirigentes fueron preparados en la Escuela dela Concordia del gran precursor Espejo, que estaban de alguna manera al día de las
noticias de la matriz de la revolución, en Francia, la pelea a muerte entre los imperios de España e Inglaterra y, por supuesto, de lo que sucedía en la misma Madre Patria invadida por las fuerzas contrarrevolucionarias de Napoleón. Esto quiere decir que estos dirigentes suplían de algún modo a un partido, y eso que eran una clase dominante.
Los cabecillas quiteños jamás se basaban en el de alguna manera humilde, franciscano y tranquilo cotarro de un Quito plagado de frailes, iglesias y una aparente paz idílica,
porque si hubiesen partido de una visión nacionalista, provinciana, no hubiesen jamás
ni siquiera pensado en una revolución. También en la revolución de Quito se cumplía lo que enfatizaba León Trotsky en relación a la revolución rusa: ésta se sustentó no de la contemplación simplemente de las condiciones sociales de la Rusia de ese entonces,sino, y sobre todo, del estudio de la decadencia del sistema capitalista mundial y del estudio de los grandes procesos revolucionarios.8

(8) “Sin el estudio de la gran Revolución Francesa, de la revolución de 1848 y de la Comuna de París,jamás hubiéramos llevado a cabo la revolución de Octubre, aun mediando la experiencia de 1905”.- León Trotsky- Las Lecciones de Octubre-Obras Escogidas de León Trotsky-Tomo I- Editorial Fundamentos 1976- Caracas- Madrid-p. 18

Los revolucionarios quiteños sabían perfectamente- como los trabajadores y el pueblo lo ignoraban- que el imperialismo monárquico español no sólo que estaba invadido y dominado por el imperialismo monárquico napoleónico, sino que, en general, estaba ya obsoleto. El liderazgo quiteño planificó aunque no totalmente consciente, pero sí unánime, un programa revolucionario que puede ser sintetizado así: la emancipación total de España y de todo su aparato administrativo y militar funcionando en América. Para ejecutar esta estrategia contaban con una táctica: aprovechando la defenestración del rey Felipe VII y la invasión de las tropas napoleónicas a España, ellos constituían una Junta Soberana- a imitación de las que se levantaron en la Metrópoli- con la cobertura de defender al monarca y a la Madre Patria, a la vez que desplazaban a las autoridades españolas y sustituían al oficialato y jefes militares, para tomar cuarteles y el poder político. Y así lo ejecutaron.
Pero lo hicieron con relativa urgencia y facilidad porque estos nobles de alguna manera tenían un poder en la cúpula social, muchos de ellos eran jefes militares y detentaban una influencia social determinante. Basta ver cómo el Dr. Antonio Ante ingresa en la Presidencia del conde Ruiz de Castilla, cómo casi ordena al guardia principal que, a pesar de las altas horas de la madrugada, despierte al conde para informarle que la Junta Soberana le ha cesado en su cargo. Eso no se puede hacer sino con determinada fuerza social, prestigio e imperio. Cuando se trata de una lucha entre una clase dominante contra otra pudiente, esto es así, dice León Trotsky, pero en el caso del proletariado no es lo mismo.(9)

9 "El proletariado no puede apoderarse del Poder por una insurrección espontánea. Aun en un país tan culto y tan desarrollado como Alemania, la insurrección espontánea de los trabajadores en noviembre de 1918 no hizo sino trasmitir el Poder en manos de la burguesía. Una clase pudiente se encuentra capacitada para arrebatárselo a otra clase pudiente, apoyándose en sus riquezas, en su “cultura”, en sus innumerables concomitancias con el viejo aparato estatal. Sin embargo, cuando se trata del proletariado, no hay nada capaz de reemplazar el partido. Trotsky- op.cit. p.17

De tal manera que podemos estar hablando de que en la noche del 9 y el
día del mismo 10 de agosto, hubo de alguna manera un golpe de estado.
Sólo una clase ya de por sí o de alguna forma dominante puede arriesgarse y puede
tener la fuerza para realizar un golpe de estado, o como dice Trotsky, una clase pudiente se encuentra capacitada para arrebatárselo a otra clase pudiente. Pero a la vez no les quedaba más remedio puesto que el abismo que existía entre ellos y el pueblo sólo podía ser llenado por la práctica y el resultado ya de una verdadera revolución. La Junta Soberana de Quito- como efecto del golpe de estado- duró 3 meses, pero cuando el pueblo de artesanos, clero bajo y pobres toman a su cargo su defensa, entonces se transforma en revolución. Después de todo no era una revolución solo para cambiar personal sino para quitarse de encima al imperio más poderoso de la época pero que estaba ya en franca decadencia.
Lo que primero realizó la Junta Soberana fue la nacionalización de todos los recursos.
“La Junta asumiría poderes absolutos; y se nacionalizarían los servicios públicos…”
afirma el historiador Oscar Efrén Reyes.(10)

9 El proletariado no puede apoderarse del Poder por una insurrección espontánea. Aun en un país tan culto y tan desarrollado como Alemania, la insurrección espontánea de los trabajadores en noviembre de 1918 no hizo sino trasmitir el Poder en manos de la burguesía. Una clase pudiente se encuentra capacitada para arrebatárselo a otra clase pudiente, apoyándose en sus riquezas, en su “cultura”, en sus innumerables concomitancias con el viejo aparato estatal. Sin embargo, cuando se trata del proletariado, no hay nada capaz de reemplazar el partido. Trotsky- op.cit. p.17


9 El proletariado no puede apoderarse del Poder por una insurrección espontánea. Aun en un país tan culto y tan desarrollado como Alemania, la insurrección espontánea de los trabajadores en noviembre de 1918 no hizo sino trasmitir el Poder en manos de la burguesía. Una clase pudiente se encuentra capacitada para arrebatárselo a otra clase pudiente, apoyándose en sus riquezas, en su “cultura”, en sus innumerables concomitancias con el viejo aparato estatal. Sin embargo, cuando se trata del proletariado, no hay nada capaz de reemplazar el partido. Trotsky- op.cit. p.17


Es imposible luchar contra el imperialismoparecen decirnos los patriotas desde su proscenio de siglos- sino se pone todas las riquezas en manos de quienes las producen y el pueblo llano. Ninguna Junta o entidad representativa puede hacer nada si no tiene plenos poderes, nos aleccionan. Y plenos poderes significa una potencia incontrastable y sin condicionamientos.
El estudio y las lecciones que podemos sacar de la revolución política de 1809 son de
extremada importancia para el proletariado. Esto nos permite ahora ver con mayor
claridad el posterior proceso de la revolución burguesa liberal, cuyo liderazgo
claramente internacional destacó a la gigante figura de Alfaro como dirigente también
de la revolución en el Salvador, Cuba, Nicaragua, Cuba. Pero a la vez, así mismo, los
trabajadores y masas pobres lucharon- igual que los artesanos y masas pobres quiteños,para un revolución que no era la suya, de su propia clase social.
Ahora el proletariado no puede seguir dándose el lujo de pelear por direcciones
burguesas que a la final han cosechado a mansalva de los levantamientos
revolucionarios que defenestraron a Bucaram, Mahuad, Gutiérrez, gracias al
contubernio de paladines semi acomodados de partidos estalinistas como el MPD y el
Partido Comunista, el Partido Socialista, , Pachacutik, direcciones campesinas como laCONAIE, de acéfalos movimientos Sociales, de llamados Foragidos que se han
vendido a Gutiérrez y ahora a Correa. La revolución socialista necesaria ahora sólo
puede ser conducida por un partido revolucionario con un programa socialista
internacional que se construya bajo el patrocinio y dirección política del Comité
Internacional de la Cuarta Internacional, la verdadera y única vanguardia marxista del mundo.

Publicado en "Revolución Mundial No. 2- 2007

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