Otra vez la misma vaina


Otra vez la misma vaina
Griegos y españoles repiten experiencia ecuatoriana
Por Fabián Núñez Baquero
25/06/2011

Parece mentira. Ha pasado ya más de un lustro desde que con las masas aguerridas mandamos a la casa al régimen del coronel Lucio Gutiérrez y luego instalamos ese acéfalo y absurdo teratológico llamado Asambleas Populares. La baba de ese monstruo no sólo ronda nuestras pesadillas sino que ahora nuevamente recicla su disparatado ser en lares tan distantes como la legendaria madre Hispania del gran Cid y el generoso don Quijote, así como en la Plaza Sintagma de nuestra ilustre abuela Atenas.

Hay un pasillo medio nostálgico y serraniego que si no lleva el título al menos repite la expresión Otra vez la misma pena. Aunque sería mejor vulgarizarlo y decir Otra vez la misma vaina. Y lo decimos no porque denigremos de la heroica y paciente lucha de las masas para expulsar a otro desprestigiado régimen capitalista como el de Gutiérrez, sino porque la movilización cometió el craso error de elevar a la categoría de paradigma la eliminación de toda conciencia política en sus acciones, y, al contrario, festejar el triunfo de lo amorfo y sin cabeza, es decir alabar el pragmatismo ciego en la defenestración de un gobierno burgués.

Cuando se derrocó a Bucaram y a Mahuad por lo menos a nadie se le ocurrió el triunfalismo torpe de elogiar la falta de un liderazgo consciente. Pero de alguna manera se creó una vaga noción de que si nos deshicimos de Bucaram o de Mahuad, quedaron el bucaramismo y mahuadismo, igual que si murió Febres Cordero, quedó, como una costra de una sarna, el febrescorderismo. En los tres casos se fueron los representantes del capitalismo pero quedó el capitalismo vivito y coleando. Las Asambleas Populares y los Forajidos se deshicieron del gutierrismo capitalista e instalaron el correismo capitalista apodado “revolución ciudadana”. Sacaron a los corruptos diputados capitalistas del congreso capitalista y dejaron en su lugar a los paniaguados acéfalos asambleístas capitalistas de la actual asamblea capitalista en Ecuador.

Debe, por consiguiente, reconocerse a Ecuador la primacía, de ser un ejemplo en eso de realizar revoluciones políticas y dejar intacta la dominación de la burguesía. Se va un capitalista y queda el capitalismo, Otra vez la misma vaina. También en la primera revolución del 10 de agosto de 1809- antes de que ni siquiera Bolívar piense en ser “libertador”- Quito ya hizo la misma demostración de quitar dictadores chapetones para dejar en su lugar dictadores criollos. Otra vez la misma vaina.
En Grecia y en España repiten o están a punto de repetir la misma vaina acéfala y politiquera de las Asambleas Populares en el Ecuador. El fenómeno de la globalización parece unificar todo, incluso los errores sociales.

En uno y otro lugar los manifestantes niegan cualquier dirección consciente, establecida, responsable. Nadie es dirigente y todos se escudan en que no quieren saber nada de partidos políticos ni de política. Acosan a los concejales y parlamentarios con el grito de “fuera todos”- como vociferaban los “forajidos” en Ecuador- y cambian los roles efímeros de portavoces, como cambiar de ternos interiores, amparados en el invento del agua tibia llamada dirección horizontal. Que traducido significa, “sin cabeza”. Todos luchan por “cambiar las leyes”, por “una nueva Constitución”, como si la calentura estuviera en las sábanas, como si con leyes se pudiera conseguir trabajo para 5 millones de desocupados en España o detener que el régimen capitalista de Papandreus- disfrazado de socialista- no venda el Partenón o las esculturas de Fidias y la vida de los griegos para engordar al sistema financiero europeo y al agiotista Fondo Monetario Internacional.

Es ahora más visible que nunca que en Grecia y en España hace falta una revolución socialista que establezca el trabajo para todos, la igualdad económica y social, un gobierno obrero que elimine la propiedad privada y establezca un banco único luego de la confiscación del dinero de los bancos privados y expropie las fábricas. El dinero de los pobres y los trabajadores no tiene por qué seguir sirviendo- en centenas de miles de millones de euros –para rescatar a un puñado de bandoleros agiotistas que siguen enriqueciéndose a costa del hambre de millones.

Los movimientos “ciudadanos” de Grecia y España no pueden suplantar la necesaria movilización independiente de la clase obrera por la toma del poder y la puesta en marcha de un programa socialista. Los indignados han llamado a una “Huelga General”. Bien, pero es la clase obrera, la que tiene que llamar, convocar y realizar la huelga general. El M15 no tiene autoridad para ello, aunque está bien sus buenas intenciones. Pero ya sabemos que la burocracia sindical impide siempre la movilización independiente del proletariado para una solución política de la crisis.
Sabemos, por supuesto, que ni el gobierno de Zapatero ni el de Papandreus son ni han sido nunca socialistas: son regímenes liberales de izquierda que hacen grave daño al socialismo científico. La deuda griega y la de España deben ser repudiadas porque están significando la destrucción de fuerzas productivas y el exterminio humano.

Ni nuevas leyes ni una nueva Constitución pueden reemplazar la inexorable necesidad de expulsar al Fondo Monetario y unificar a la clase obrera europea en el proyecto- no de la unidad en el euro capitalista-, sino en la unidad obrera para una Europa Socialista sin propiedad privada y con igualdad económica real para todos.
Por supuesto los partidos seudo socialistas de Grecia y España se oponen- se han opuesto siempre- a este proyecto, junto a la misma derecha española. Mientras Mariano Rajoy se opone a pedir a la oposición derechista griega que apoye a Papandreus,en la imposición de la guillotina del FMI y de la Unión Europea, Zapatero y los suyos ahora son los colaboradores directos del FMI y del capitalismo europeo en Grecia.

Por supuesto Rajoy lo hace por un cínico cálculo electorero y como consecuencia de su visión nacionalista patriotera de una imposible España aislada y seudo autárquica. Rajoy está diciendo que sólo desea el feudo de España para hacer lo mismo y más que el FMI lo hace en Grecia y en Europa y todo el mundo. Con el inicio del régimen derechista de Cospedal en Castilla se sabe lo que será el gobierno del Partido Popular en toda España: cortes y más cortes de presupuesto y de personal, recetas tan macabras o más que las del FMI, todo con la cínica cobertura de crear empleo como lo ha repetido Cospedal en su investidura.
Ni Rajoy ni el Partido Popular son la solución para la crisis capitalista mundial reflejada con especial convulsión en España. Pero tampoco la Izquierda Unida y, peor aún, descerebradas organizaciones sin cabeza como la del M15.

La llamada Participación Ciudadana sólo ha servido para instalar nulidades vacías de cultura política y de la otra en los altos estamentos del estado capitalista. Todo el fenómeno del levantamiento de las masas sin política obedece a las duras condiciones de desempleo y hambre que ha producido el capitalismo y lo sigue haciendo en todo el mundo. La ley evidente del capitalismo es esa: enriquecer a unos pocos y hambrear a millones. El rico escoge quiénes serán sus esclavos y quiénes no. La oferta y la demanda lo establece la desigualdad social y económica y la voracidad del enriquecimiento burgués que ahorra todo- incluso mano de obra- para hacer más fortuna, e impone la división del trabajo bajo la óptica sólo de la ganancia.

Los desarrollos de la tecnología los imponen las grandes transnacionales para obtener fabulosos beneficios. Incluso “Salvar” a Grecia, en el lenguaje del capitalismo es “endeudar más” y obtener más intereses de los riñones y el hambre del proletariado griego. Porque el FMI y la Unión Europea no prestan dinero para desarrollar fuerzas productivas y emplear todos los brazos existentes, sino para que el sistema financiero y los bancos impongan el “agio módico”, el interés sobre el interés, para que la deuda se eternice y el capital también. Ahora prestan a Grecia “para que pague intereses de la deuda” mientras el capital y el hambre se queden para siempre.
Esto no se puede resolver con participación ciudadana ni con “revolución ciudadana” ni con “nuevas constituyentes”, ni aunque Solón reviva y escriba una atildada Constitución o Dracón imponga ferozmente la suya.

La gente se mueve porque sufre, porque quiere una salida, porque los partidos supuestamente socialistas o llamados de izquierda no les han dado alternativas y, por el contrario, se han vendido al sistema. Pero son estos mismos partidos vendidos los que están atrás de las manifestaciones “ciudadanas” en Grecia y en España. La misma burocracia sindical y estalinista, y socialista, que ha impedido siempre la movilización para la revolución necesaria, es la que se camufla entre las muchedumbres ingenuas españolas y griegas y trasmiten el miedo que tienen ellas de aparecer con su política, con su nombre, e invisibilizan a todos, y no quieren un liderazgo claro, una política y un programa socialistas, que son necesarios, de vida o muerte para las masas griegas y españolas.

En un mundo globalizado y con revolución en la tecnología y la ciencia, es imposible, de imposibilidad absoluta, resolver los enormes problemas del desempleo, el hambre, la violencia, la falta de seguridad social, con ignorancia, sin liderazgo científico, haciéndose los locos, sin teoría y sin partido político. Aunque millones atraviesen por la absurda experiencia de la dirección horizontal y se movilicen millones de años y derroquen miles de gobiernos y desplieguen guerras civiles como la de Libia o Pakistán, jamás podrán exterminar la raíz de todos los males y todas las miserias y crímenes: el modo de producción basado en el lucro, en la venta y en la compra para la ganancia, en el crédito para esclavizar- mediante interés- a millones en el globo.

Sólo ponemos un ejemplo: Vietnam venció a los poderosos ejércitos de Francia y el imperio americano, pero no ha podido vencer y liquidar al capitalismo.

En la plaza Sintagma y en La Puerta del Sol están presentes- con inexorable rigor- todos estos problemas. Más que millones en movilización- aunque también esto- hacen falta decenas de cerebros pensantes y hombres incorruptibles que creen una organización realmente socialista y un programa basado en el marxismo real. La revolución- como la ciencia y la tecnología- necesita también una base científica y un soporte tecnológico. El marxismo generó la más grande revolución de la historia: la bolchevique de 1917, aunque traicionada, ésa es la revolución base para la revolución socialista mundial.

http://twitter.com/#!/Pizarro500

Comentarios

Entradas populares de este blog

En la Biblia ya está la historia del genocidio palestino

Salida de Glas

¿Los virus se curan con medicinas?