Lo que debe discutirse en España:




Lo que debe discutirse en España:
Fabián Núñez Baquero
13/07/2011


1. El trabajo es lo esencial en una sociedad. Sin él no existe riqueza ni creatividad ni ciencia ni tecnología. Desde los tiempos primitivos el hombre ha repartido su tiempo entre el trabajo para cubrir necesidades inmediatas y la ocupación para el juego, el arte y el pensamiento del futuro. En España existe una población de 46 millones de personas, de las cuales la Población económicamente activa es de 24 millones. Ahora el 20% de ellas no tiene trabajo. Es decir 5 millones están en el paro.

2. La primera medida elemental sería, entonces, que todo el trabajo existente se reparta entre todos. Nadie debe estar fuera del juego. Esto lo harían hasta los hombres de las cavernas. Mejor, esto lo hacían los hombres de las cavernas. Todos estaban ocupados, pero todos contribuían a la manutención de todos. Nadie carecía de los bienes indispensables de alimento, vestido y vivienda. Todos, por igual, disponían de todo. Era una sociedad comunista que repartía pobreza, porque escasos eran los bienes y muy mínimas las fuerzas productivas. Ahora la riqueza y las fuerzas productivas son tan gigantescas que es poco menos que un contrasentido que exista pobreza, que en España alcanza más del 20%, es decir, existe más de nueve millones de pobres. Entonces estamos en capacidad de repartir riqueza real, adecuada y suficiente para cada persona.

3. Por consiguiente la primera y elemental lucha debe ser porque nadie esté fuera del juego. Que todos tengan trabajo, vestido, alimento y vivienda con ABSOLUTA IGUALDAD. Esta debe ser un prioridad que no puede ser discutible ni negociable, es una prioridad esencialmente humana. De hecho la Población Económicamente activa puede crecer, si cada persona contribuye con su trabajo desde los 15 años de edad y si las personas ancianas meten mano en lo que puedan.

4. El resultado será que mientras más personas trabajan MENOS HORAS TRABAJA CADA PERSONA, la sociedad tiene más riqueza y tiene más tiempo para dedicarla al deporte, a la salud, al arte, al desarrollo de la inteligencia, a las ocupaciones para crecer en la ciencia y en la tecnología. ¿Pero cómo llevar a la práctica todo este programa mínimo?

5. Hay que abolir el concepto y la práctica de trabajo tal cual se lo realiza hoy, como esclavitud salarial. Toda actividad debe ser una ocupación necesaria para el desarrollo de una economía planificada global que sirva para atender todas las necesidades de toda la población en su conjunto. Cada persona tiene una ocupación no sólo que le guste, le brinde satisfacción, sino que esta actividad a la vez sirva para mantener y desarrollar una economía planificada social en beneficio de cada individuo.

6. Es evidente que esto implica la abolición de la propiedad privada. Porque ¿cómo cambiar la esclavitud salarial, con la ocupación para alegría y disfrute de todos, en una economía planificada centralizada si no abrogamos el innecesario y hasta insultante egoísmo de la propiedad privada?

7. Si el trabajo, la actividad social es la fuente de la riqueza y la estamos generalizando para que todos participen en la producción, para que todo el trabajo que haya que hacer, se lo reparta entre todos, entonces, es elemental que la misma riqueza existente debe ser repartida entre todos por igual, con absoluta equidad. Esto implica necesariamente no sólo la eliminación de la propiedad privada, sino la confiscación de toda la riqueza de bancos, sistema financiero, fábricas, industrias, empresas, para planificar la producción y la repartición igualitaria de la riqueza entre todos.

8. Esto significa que, como todos nos estamos convirtiendo en trabajadores- así sea que trabajemos una hora para este proyecto de economía central planificada- este sistema, este estado, será necesariamente un estado obrero de economía central planificada. El estado que ahora vivimos, tenemos, es un estado de anarquía económica que sirve al enriquecimiento privado, de muy pocas personas.

9. Es elemental que para llevar adelante este proyecto político necesitamos un equipo de personas, llámesele partido o agrupación o lo que sea, pero un equipo dispuesto a llevar adelante este programa y no desviarse de él por más cantos de sirena que se atraviesen por su camino. Esto puede parecer exagerado, pero ante semejante colosal crisis del sistema capitalista que condena a la miseria y desesperación de millones, la respuesta debe ser igualmente de un colosal cambio, una revolución social que implique un vuelco extraordinario de todo nuestro modo de vivir y de pensar, puesto que si una sociedad vieja, obsoleta y con cáncer terminal pretende llevarnos a la tumba a todos, entonces necesitamos sacudirnos con todas nuestras fuerzas y crear una nueva sociedad basada, fuertemente cimentada en un estado obrero de economía central planificada, que atienda con igualdad a cada persona y familia conforme a sus necesidades.

10. Entonces no podemos hacer huelga general para que vuelvan a darnos una migaja de pan dentro del ámbito de la esclavitud salarial. No queremos ni una migaja, ni un pan completo ni siquiera todos los panes de una panadería si esto sigue sirviendo al mantenimiento de la esclavitud salarial. Si somos los trabajadores, los que parimos riqueza y sostenemos toda la sociedad, entonces no podemos hacer otra cosa que hacer prevalecer nuestras reglas de juego: repartir trabajo y riqueza para todos por igual bajo un régimen de un estado obrero de planificación económica central, un gobierno de trabajadores y para trabajadores: es decir que represente desde al humilde obrero de la construcción o el que levanta la cosecha de pepinos hasta un escritor o un físico nuclear.

11. La peor peste incoada por burócratas sindicales y gentes con cerebros de nuez es realizar gigantescas manifestaciones y huelgas generales heroicas para obtener un euro más de salario o ponerse en el cuello un impuesto menor- pero al fin impuesto- ordenado por el gendarme económico del mundo, el Fondo Monetario Internacional ( FMI). Los empresarios y sus gobiernos- como en Grecia- desmantelan los bolsillos de pobres y obreros porque tienen el poder para beneficiar al puñado de banqueros del FMI y el Banco Central Europeo, pero los miserables no hacen la huelga general para tomar el poder con el cual desocuparse para siempre de todos estos parásitos, hacen huelgas para protestar. De hecho sólo los esclavos protestan, los fuertes, los trabajadores, debemos luchar por el poder, por todo el poder para los trabajadores, nada menos.

12. Para dejar de ser protestantes y transformarnos en obreros fuertes, debemos tener nuestro propio programa político y no querer que sean los burgueses los que nos den haciendo lo que de hecho va contra sus propios intereses de enriquecimiento. Hablar de pactos de esclavitud salarial entre obreros y empresarios, es una irrisión, es seguir siendo meros esclavos protestantes. Somos los obreros los que debemos llevar adelante nuestro propio gobierno obrero, para eliminar la esclavitud salarial, la propiedad privada y dar trabajo y riqueza por igual a todas las personas de esta nueva sociedad fraterna laboral que vamos a construir. No tenemos nada que hablar con los parásitos del sudor y de los riñones proletarios. Ellos, igual que los burócratas sindicales- sus aliados- tendrán que también agachar el lomo, tendrán que rendirse ante esta nueva sociedad gregaria de equidad absoluta o tendrán que perecer. De hecho, por una ley histórica irreversible, burgueses y capitalistas irán al mismo tarro de la basura. Sólo necesitamos obreros de músculos y cerebros vivos, productivos.

13. Parte de nuestro programa debe ser: para que el futuro gobierno obrero no reparta pobreza debe empezar por negarse en absoluto a pagar la fabulosa deuda externa que asciende a más de 2.3 billones de dólares ( 2.3 x 10 12 EUROS). Esta es una deuda de capitalistas, contratada a capitalistas, que ha servido para engordar a capitalistas del agio y a capitalistas holgazanes derrochadores. La deuda externa capitalista no es deuda de los pobres y de los trabajadores, peor de los humildes que no poseen un cobre, ni trabajo, que se han quedado sin vivienda, por las hipotecas leoninas y que están poco menos que en el arroyo. La consigna en las pancartas del M15 y las organizaciones proletarias deben ser: NI UN CENTAVO PARA PAGAR LA DEUDA,NO PAGAR LA DEUDA CAPITALISTA.

14. Por supuesto nunca debe olvidarse que se lucha por un gobierno obrero. Pero como casi todos los países de Europa están casi en la misma estacada y con los mismos problemas, entonces la consigna debe ser un poco más general: GOBIERNO OBRERO EUROPEO DE IGUALDAD SOCIAL, O, GOBIERNO OBRERO FEDERAL EUROPEO DE IGUALDAD SOCIAL.

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