El Universo es solo de tres dimensiones




Hay que inseminar de filosofía a la ciencia
El Universo es solo de tres dimensiones
Por Fabián Núñez Baquero
01/12/2011

So pena de parecer arbitrario y osado, pienso que la ciencia debe ser sometida a un franco proceso de inseminación filosófica si se quiere contribuir a su desarrollo real. Las afirmaciones de los físicos que postulan la Teoría de Cuerdas de la más que improbable existencia de varios universos y espacios de n dimensiones, nos permite y nos obliga a retomar nociones filosóficas fundamentales.
La primera y la más antigua es la noción de Todo. Lo plantearon filósofos profundos como Melisso de Samos, Parménides, en general los denominados “físicos” presocráticos. Este principio podría ser libremente bosquejado así: Si el Todo es real, es uno solo y no puede hablarse de otro Todo porque entonces aquel dejaría de serlo y éste tampoco lo sería. Por lo que no cabría hablarse de la existencia de muchos Todos, es decir, en el lenguaje de los físicos de Cuerdas actuales, de la existencia de muchos universos. Sólo la enunciación de la existencia de un solo universo es ya una tautología ociosa. El Universo- sea limitado, infinito o ilimitado- es uno solo y es imposible- de imposibilidad absoluta- que pueda existir otro, porque entonces éste no fuera Universo ( Uno y diverso a la vez), y el otro tampoco. Pero en cada parte se encuentra el Todo, lo que implica que el Infinito ( categoría global del Todo) se encuentra, se expresa en lo Finito.
Para un pensador superficial esto implicaría que existen muchos Infinitos existiendo a través de otros tantos Finitos. Pero la Totalidad es algo más que una suma, una acreción matemática: es una unidad diferencial, como la de un organismo vivo en el cual cada célula es ella misma y algo diferente en la composición global del organismo, lo que implica que es célula y organismo global a la vez. Lo Mismo se hace diferente a través del proceso de la Mismidad a lo Diferencial, lo Mismo se hace diferencia y lo diferencial es lo Mismo. Lo Mismo se hace diferente en la totalidad y en cada parte. Por eso podemos comprender el Todo a través de cada parte porque no existe nada que no se halle en el Todo y en la Parte.
Si en cada parte- la Tierra, por ejemplo- existe tres dimensiones espacio-temporales, entonces el Todo, el Universo, sólo posee tres dimensiones espacio- temporales. De hecho, cada espacio temporal es diferente como fenómeno en la realidad de cada sistema gravitacional, pero igual, el sistema gravitacional global y cada parte, poseen solo tres dimensiones. El Todo Tridimensional está integrado, tiene organicidad y no es posible separar la altura, lo ancho y lo largo, que no sea sólo para objeto de comprensión matemática o lógica. La geometría analítica cartesiana se mueve en esos ejes x,y,z. Otro tipo de geometrías, son sólo una especie de extensión “poética”, “fantástica”, de la seria, real e inobjetable geometría de tres dimensiones. Euclides y sus principios tienen la solidez del nuevo exo- planeta descubierto que posee un núcleo de diamante.
Si el espacio – tiempo global es de tres dimensiones, todos sus desarrollos y fenómenos deben desplegar y accionar sus tres dimensiones: la luz, la temperatura, el átomo y las partículas. Si una partícula-solo como conjetura-, no tiene tres dimensiones, entonces ¿ por qué la Tierra- que es una partícula mayor-, lo tiene? Algo debe funcionar mal. Lo más probable es que no hemos comprendido la naturaleza tridimensional de las partículas.
Hay tres dimensiones en el Todo y ninguna otra más.

Es talvez abusivo hablar del espacio y el tiempo como otras dimensiones y esto porque: o bien el espacio-tiempo se presenta en una realidad de tres dimensiones; o bien cada dimensión tiene de por sí espacio y tiempo a la vez y la Tridimensionalidad es espacio-temporal en sí misma.
Fuera de esto, la matemática puede proponer los mundos dimensionales que se le ocurra, como la poesía o la ciencia ficción pueden hacerlo, pero sabemos que, en el fondo, no es más que construcciones de pompas de jabón hermosas, imaginativas, de proyección fantástica del sólido tridimensional, como un icosaedro que haga de cabeza en un gorila de Borneo.
Sí, estamos seguros que el Universo es un sólido tridimensional eternamente cambiante, como un prisma que combina sus colores fundamentales y multiplica su cromática. Pero sus colores fundamentales son sus colores fundamentales y esto nadie lo puede cambiar.
Lo incambiable en el Universo es su auto movimiento vital y su calidad tridimensional.
El Universo simple de tres dimensiones puede alarmar a los poetas de la Teoría de las Cuerdas, pero ellas le basta a la materia para producir un Universo infinito en facetas y realizaciones. Cuando los sumerios hace 7 mil años inventaron la escritura, no sospecharon que con tan pocos símbolos sentaban la posibilidad de una comunicación infinita y un escritor súmero hasta se lamentaba que ya no había temas literarios de los cuales escribir. Cuando Boole planteó su lógica binaria, él no sabía que con dos signos preparaba el terreno para el proceso infinitesimal de la computación cuántica. Y hasta el mismo Hobbes y Descartes soñaban con una “matemática universal”. Pero ellos entendía por “matemática”, un pensamiento y lenguaje universales, no sólo para mensurar, dimensionar el mundo, sino para entender la naturaleza y el hombre. Medir y pesar es solo una forma de acotar el infinito. También lo puedes hacer por medio de la poesía o la música.
Sthepen Hawkings escribió un libro de divulgación que se llama Dios creó los Números… Insinuando que los hombres lo hicieron todo lo demás. Pero yo digo que los hombres hemos creado a Dios y a los números y al mismo Hawkings. No hay vueltas que darle la matemática, como la divinidad que hemos inventado, bien nos puede conducir a la Santa Inquisición o a la nefasta persistencia del sistema tolemaico en astronomía o del no menos falso principio de tercero excluido de la lógica de Aristóteles.

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