Las ciencias sociales y el Bosón de Higgs
Las
ciencias sociales y el Bosón de Higgs
Dictadura teórica y
dictadura proletaria
Por Fabián
Núñez Baquero
12/07/2012
El feliz desenlace de la
búsqueda del Bosón de Higgs en el procesador de partículas del
CERN en Berna, a la vez de completar el cuadro del Modelo Estándar
de la física y de ser uno de los saltos más gigantescos de la
humanidad en la comprensión de la materia, plantea una serie de
consecuencias metodológicas en el campo de las ciencias sociales,
aunque, por supuesto, desde la fecunda perspectiva de las analogías.
Como se sabe la analogía es una comparación de dos cosas en
apariencia disímiles ligadas por una semejanza que es el cemento que
las une.
Vamos a desenvolver
ciertas coincidencias empezando por lo más verosímil y sujeta a
comprobación:
- La investigación social, como la investigación física tiene carácter científico.
- La investigación física es de esencia objetiva absoluta puesto que sus postulados y la base de su estudio no admiten sino los hechos externos al hombre, la sustancia de la naturaleza y sus leyes y no las razones o intereses subjetivos humanos.
- La ciencia y la investigación no están sujetas a plebiscito o votación.¡ Imagínense si Higgs hubiese puesto a votación su teoría!1
- La investigación social, aunque impregnada de subjetividad puesto que trata problemas en esencia humanos, aspira a la objetividad mediante las generalizaciones obtenidas por el estudio de las leyes o la frecuencia de sucesión de fenómenos en el acontecer social.
- La física y sus leyes no dependen del capricho o de la voluntad humana.
- Las ciencias sociales, en sus leyes más rigurosas, tampoco dependen de la voluntad o el capricho de los humanos, como cuando se dice, “el porcentaje mayor de actos humanos se realizan de forma inconsciente” o “ los hombres primero ejecutan o practican determinadas acciones, luego y sólo entonces las codifican”, o “ la materia es primaria a todo tipo de organización biológica y consciente”.
- El éxito inmediato o mediato no es de ninguna manera la característica fundamental de la investigación científica en las ciencias exactas sino la búsqueda de la verdad objetiva o la objetivación de la verdad.
- Tampoco en ciencias sociales su carácter de verdad objetiva o la objetivación de la verdad depende del éxito mediato o inmediato.
- La objetivación de la verdad significa el grado de independencia que detenta la conciencia y su capacidad creativa para encontrar nuevas relaciones o concatenaciones insospechadas en la naturaleza de la materia, de la sociedad humana y del hombre y su conciencia en particular.2
- La verdad objetiva es la concordancia o coincidencia entre el concepto y la realidad, como cuando decimos : Fermat tuvo y no tuvo éxito en su generalización- o apunte- encontrada en un libro de Diofanto sobre el cuadrado del cuadrado de los números. Lo tuvo porque su generalización era correcta y lo comprobó, luego de centurias, el matemático ruso Perelman, y no lo tuvo porque no lo comprobó en vida y en su propia época.
- La teoría de Marx pudo ser comprobada a medias en la práctica y tuvo y no tuvo éxito en su demostración. Primero, bajo las leyes de la lucha de clases- que no dependen de la voluntad humana ni de su capricho- se llevó a cabo con éxito y casi sin derrame de sangre, la revolución socialista. Luego los primeros cinco años de la revolución rusa de 1917 la economía dio un salto gigantesco que a los países capitalistas les costó centurias, para luego dar marcha atrás- no por lo erróneo de la teoría, sino por la degeneración del liderazgo en burocracia estalinista y luego en dictadura criminal y sanguinaria pretendiendo imponer un socialismo nacional a espaldas de la clase obrera y la necesidad de la revolución socialista internacional.
- En ciencias sociales, el postulado de Marx sobre la naturaleza cíclica y cada vez más frecuente del derrumbe del capitalismo, nadie puede negar que es un enunciado objetivo por la concordancia entre el concepto y la realidad. La comprobación de las crisis cíclicas frecuentes son más fáciles de observar que la naturaleza implosiva y final de este sistema de producción.3
- La prognosis de una revolución en la ciencia exacta sólo pueden realizarla científicos como Higgs que han estudiado un fenómeno en su ciencia particular y plantean una teoría respecto a él. Una persona común y corriente no puede hacerlo.
- La necesidad de una revolución socialista en el mundo- de igual forma- sólo pudo, en rigor, ser vista por científicos revolucionarios de la talla de Marx, Trotsky, Lenin.
- Pocas personas en el mundo pueden conscientemente ver la revolución científica que significa el descubrimiento del Bosón de Higgs.
- Pocas personas en realidad vieron conscientemente el despliegue de la revolución rusa como parte e inicio de la revolución socialista internacional. Y menos personas aun pueden ver el proceso conflictivo pero continuado de esa misma revolución desplegada ahora en el mundo.
Todos estos puntos vienen
al caso cuando reflexionamos en hechos evidentes en el proceso
científico. Imaginémonos por un momento que la teoría de Higgs no
hubiese tenido los ingentes fondos necesarios, miles de millones de
dólares para aplicar el programa de comprobación de su teoría.
Simplemente la teoría hubiese quedado como la buena intención de un
físico que la imaginación popular la hubiese tildado de falsa
porque no tuvo éxito en ser comprobada. E, incluso, algunos físicos
hubiesen planteado serias dudas. La falsa teoría de la necesidad del
éxito hubiese imperado.
Pero veamos otro aspecto,
aun con fondos, sin la concentrada y sacrificada labor de miles de
científicos y decenas de miles de ingenieros trabajando bajo la
suposición- que equivale a una dictadura teórica- de que la teoría
de Higgs es correcta, y sin dedicar su trabajo por más de dos
décadas, de forma coordinada, meticulosa y perseverante, igual no se
hubiese comprobado la teoría y ésta hubiese quedado en el campo de
la “utopía” o de las in-exitosas elucubraciones sin contenido.
La labor de tantos años,
realizada por decenas de miles de científicos y técnicos e
ingenieros bajo una dictadura teórica, afortunadamente fue
vista objetivamente por los físicos que no vacilaron- a través de
errores y frustraciones- en continuar su trabajo hasta alcanzar su
meta.
Pero en el campo de las
ciencias sociales una revolución como la rusa, en primer lugar fue
zaherida y combatida por la burguesía dominante- y todavía lo es-
bajo el supuesto que la “dictadura” del proletariado ( forma
popular de la concepción científica del socialismo), era una
imposición injustificable que violaba todo derecho humano y
comprometía la libertad individual. La ciencia- como no importa
repetirlo- no tiene nada que ver con los sueños o caprichos de los
individuos.
En segundo lugar que los
líderes- repetía y repite la burguesía- se arrogaban el derecho- a
la fuerza- de tener solo ellos la razón y de no respetar otro tipo
de criterios. Póngase a pensar lo que hubiese sucedido si en el
campo de la física hubiesen cuestionado a Higgs, no por su teoría
per se, sino por “imponerla”, “violando los derechos
democráticos de otras opiniones de físicos notables o no”, y por
estar en contra de “toda dictadura, venga de donde venga”, que es
más o menos así como piensa y vocifera la clase dominante.
Es evidente que para
muchos técnicos y científicos, no todos,- al menos cuando se fundió
una parte del acelerador de partículas-, la tarea de la búsqueda
del Bosón de Higgs debió ser menos que una aventura interesante que
sólo se justificaba al fin y al cabo por el trabajo remunerado que
significaba la vida para ellos y no por la confianza o la evidencia
del éxito de la teoría que iban o no a comprobar.
Ahora piensen en una
teoría como la de Marx, estudiada y respaldada por pocos científicos
que sobraban( y sobran ahora) los dedos de una mano para contarlos,
con débil o nulo respaldo económico, con el “apoyo” de masas
atrasadas y en condiciones de una economía al borde de la ruina
permanente, y, a la vez, atacada teórica y físicamente por los más
poderosos del mundo, la masa proletaria que, sin trabajo y en la
miseria, no gana un solo centavo en perseguir y luchar por la
“utopía” comunista, solo piensen y verán que de todas maneras
fue un milagro que el inicio de la verdadera revolución socialista
en Rusia se sostuviese cinco o seis años.
Pero, a más, pensemos en
lo que hubiese significado que, en el curso de la investigación del
Bosón, a alguien se le hubiese ocurrido cambiar de teoría, o hacer
ajustes conforme a puntos de vista divergentes del de Higgs. Es
evidente que todo se hubiese ido para un cuerno y el maldito Bosón
se hubiese transformado en otra utopía vagabunda ahora entre el
espacio de una teoría no menos vagabunda y una comprobación cada
vez más que imposible.
Un cambio, por molecular
que sea, puede dar al traste con una teoría y una práctica
correspondiente. El ataque de José Stalin a la teoría y a la
práctica del socialismo internacional, su revisión del programa
marxista, la anulación de toda discusión teórica a cargo de una
supuesta “unidad” y “monolitismo” del partido y la imposición
violenta y criminal de la autoridad personal en lugar de la autoridad
científica, canceló en la realidad el mayor experimento de la
ciencia social en los últimos tiempos, la revolución bolchevique de
1917.
La dictadura teórica de
Higgs y la dictadura proletaria marxista participan de la misma
concentración en un programa- producto de una teoría, la confianza
en que la teoría es correcta y que su confirmación es posible y
necesaria. Sólo que en el campo social la concentración en la
demonstración de la teoría, la absoluta confianza en ésta,
requiere de la actividad de millones de hombres y mujeres.
Por lo demás, la
analogía entre Higgs y Marx no es de ninguna manera arbitraria,
después de todo el Bosón de Higgs, al dotar de materia a las
subpartículas y partículas atómicas no hace otra cosa que lo que
logra la teoría del valor de Marx al explicar no sólo la esencia de
la economía sino la forma cómo se engordan las chequeras de los
capitalistas en la vida diaria.
1Los
logros de la ciencia se hacen en contra de la voluntad mayoritaria.
Millones de millones aceptan ahora la tería de Higgs como aceptarán
mañana la teoría de Marx y ambas teorías no se hicieron por
votación o por consentimiento multitudinario, sino por penetración
científica.
2Talvez
se pueda ver con mayor claridad el concepto que llamamos
“objetivación de la verdad” cuando en matemática un científico
va elaborando sus generalizaciones sin preocuparse para nada de la
realidad. Y luego, cuando alguien toma ese desarrollo “desinteresado
y ajeno a la realidad” y lo hace funcionar o lo utiliza para la
comprobación o realización de un nuevo desarrollo científico o
tecnológico.
3Por
supuesto que es más difícil comprobar la operación de la ley del
valor o de la tendencia decreciente de la tasa de ganancias, que
fuera planteado por Marx hace más de ciento cincuenta años y que
siguen manifestándose el día de hoy en la economía global del
capitalismo.
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