Primero ser terrícolas
Nebulosa Ojo de Gato
Primero
ser terrícolas
Por Fabián Núñez Baquero
04/02/19
Tenemos
los motores encendidos para ir a Marte, queremos hacer fructificar la
vida en ese planeta y no resolvemos todavía la manera real de
terraformar,reforestar la Tierra, proteger sus océanos y glaciares
de la basura plástica.
Los
imperialistas chinos han visitado ya sin tripulación humana el lado
oscuro de la Luna, pero ni siquiera se plantean teóricamente cómo
afrontar el lado oscuro de la Tierra: el egoísmo capitalista
globalizado, las fronteras que dividen a los hombres, cómo revertir
la desertificación del planeta y la sequía monstruosa de la
desigualdad. Y más bien pretenden reunificar Taiwan por la fuerza
bruta.
Los
gobernantes burgueses de países chiquitos o emergentes sueñan con
sus propias naves espaciales,pero mantienen intactas sus favelas y
sus barrios suburbios.
Queremos
ser extra planetarios antes de ser hombres planetarios, marcianos
antes de ser verdaderos terrícolas. Pretendemos abrirnos a las
estrellas, pero Donald Trump quiere billones de dólares para
construir un muro en la frontera mexicana.
Tenemos
virtualmente el planisferio del Cosmos en nuestras manos, pero
millones de seres humanos todavía creen en la Cábala o en Papá
Noel. Vemos casi todos los días, gracias a la tecnología
científica, el surgimiento de cuásares y Hoyos Negros y hasta
sabemos exactamente la edad del universo, pero no podemos detener la
carnicería en Siria, en el Yemen o en Nicaragua.
Medimos
nebulosas y estrellas y no podemos cuantificar el daño real de los
pesticidas en el globo o de los dudosos fármacos en la salud
humana. Conocemos la existencia de agua en mares subterráneos en
varias lunas de Júpiter o Saturno,pero hay vastas regiones pobladas
de la Tierra,además de los desiertos, donde el agua se ha evaporado
para siempre.
En
lugar de generar en vasta escala bacterias que se coman la basura y
proporcionen materia biótica al terreno nos complace ver cómo los
billonarios viajan al espacio o como se asoman desvergonzadamente a
las ventanas de la infame revista Forbes a mostrar sus riquezas a los
harapientos del globo.
Y
claro que conocemos cuánta materia se traga un Hoyo Negro ¿y
podemos decir cuánto dinero se atraganta el voraz sistema financiero
y bancario mundial y todos los agiotistas del planeta?
Gas
y polvo confeccionan el Universo, acumulación de capital y de
miseria pueblan y despueblan la Tierra. ¡Y queremos ser cósmicos si
ni siquiera somos buenos planetarios!
Vamos
a ir a Marte con el virus del capital en las entrañas y la bacteria
del egoísmo propietario en el cerebro. Vamos a gastar millones de
millones en otro proyecto capitalista en Marte ¡y dejamos morir al
único planeta capitalista y con vida en nuestras manos! De hecho,
podríamos hacer fluir todos los capitales para descapitalizar la
Tierra y salvarla de la barbarie de la guerra de mercados, de mafias
comerciantes y de la Bolsa, del calentamiento global y la polución¡y
del hambre estúpidamente innecesaria!
Primero
hay que ser terrícolas y todavía no lo somos. Para ello debemos
comportarnos como seres mundiales, con entrañas mundiales, que
resolvemos problemas mundiales emergentes, no para lucirnos en
inútiles encuentros burocráticos entre burócratas y burgueses que
aplauden y defienden el agio y el endeudamiento, ¡y las medidas de
restricción y hambre y desempleo para las masas!
Ningún
sector del mundo puede encontrar la solución a sus propias
dificultades y peor si su propia clase dominante interviene, porque
entonces esta clase irá a resolver sus propios apuros y no los de
veras generales. Ya soñamos con producir en otros planetas, pero aún
no atinamos con una producción de calidad que sirva para todos y
cada uno de los terrícolas, es decir, producción social en vasta
escala, no para la ganancia sino para el servicio de toda la
humanidad.
Solo
seremos humanos si producimos sin ganancia para todos, entonces
seremos terrícolas de buena ley y podemos recién exportar este
sistema social a otros planetas.
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