¿Se puede combatir la delincuencia capitalista con instrumentos capitalistas?
Las manos negras del Fondo Monetario en Argentina
¿Se
puede combatir la delincuencia capitalista
con instrumentos
capitalistas?
Por
Fabián Núñez Baquero
12/09/19
El
colosal y valiente trabajo de revelación del mundo tenebroso de la
corrupción realizado por los periodistas Fernando Villavicencio y
Christian Zurita pasará a la historia como un fallido intento más
de parar la sucia máquina del capitalismo con el mismo motor que
hace mover los engranajes del capital. Tarde o temprano se reconocerá
que los delincuentes no pueden ser juzgados y sentenciados por
instituciones que se arrodillan ante el sistema del lucro y de la
apropiación privada o, en términos populares: lagarto no come
lagarto.
Ante
los opacos y lentos pies de plomo del sistema judicial capitalista
que no recupera un solo centavo del faraónico robo de decenas de
millones de dólares al bolsillo de los ecuatorianos, y que ahora se
niega a reconocer como acusadores particulares de los reos de atraco
de la Revolución Ciudadana, a César Montúfar y a él,
Villavicencio, éste,con festivo desconsuelo, se ha visto obligado a
declarar:
Este
estado no me representa, este procurador que debería velar por los
intereses de las víctimas ( del asalto delictivo del correísmo
y del sistema judicial capitalista, diríamos nosotros) no me
representa.
Normal,
el principal instrumento de defensa del sistema del lucro y la
corrupción es precisamente el sistema judicial basado en la defensa
de la propiedad privada y que desconoce y descalifica cualquier
intento de defensa de los intereses colectivos. La justicia privada
capitalista solo atiende al egoísta interés privado y esto con una
parsimonia burocrática tan lenta y oscura que convierte a la
fantástica y real imaginación kafkiana de El Proceso en una
inocua charla pueril.
Ellos,
Villavicencio y Zurita, han descubierto de una manera precisa y
minuciosa, la existencia de una red delicuencial capitaneada por el
ex presidente Rafael Correa, quien usando el disfraz de socialista
desmanteló el erario nacional con una jorga de cacos sofisticados
montados en la motocicleta de Alianza País y la Revolución
ciudadana.
Más
de una centena de prontuariados ya deberían de estar en la cárcel y
confiscados todos sus bienes, pero solo Glas, el desvergonzado
ex-vicepresidente de Carondelet, quien todavía recibe, como premio a
su habilidad de manos, un sueldo estatal, se hospeda brevemente en
Latacunga. Entre tanto el capo mayor de esta mafia gansteril,
Correa, vive como rey- y con sueldo del mismo estado que desmanteló-
en Bélgica, protegido por el estado capitalista belga. Mientras
tanto la Rusia capitalista de Putin le endilga y le impone una aura
de eficaz shamán socialista victimizado por sus enemigos
políticos.
Pero
la red delictiva montada por Rafael Correa exige, de igual manera,
una expedita justicia colectiva, cuya mística sea la defensa de los
intereses de todo el pueblo trabajador que hace posible la existencia
de la riqueza que fue rapiñada por la banda. Ex
mandatarios;diezmeros y agenciosos asambleístas; fiscales cara dura;
ex ministros coimeros y eficaces leguleyos de manos largas como Mera
y asociados, como Puig y adláteres; comerciantes tipo Alí Babá,
como Cadena y Cuesta, constituyen sólo los magnos representantes de
la corrupción globalizada del sistema basado en la ganancia.
Querer
desmantelar esta cloaca podrida, que exige una gigantesca
alcantarilla revolucionaria, a través de jueces y judicaturas, cuya
tarea es echar talco y perfume para encubrir la superlativa hediondez
del sistema, es poco menos que intentar salvar un cáncer a punta de
letanías basadas en la constitución.Aún si se dispusiera de 100 fiscales trabajando simultáneamente no podrían drenar tanta putrefacción.
En
el sistema actual de lucro y crédito habría que gritar como Cristo
lo hizo ante la multitud que quería lapidar a una sola culpable:
Que
el que esté limpio de culpa lance la primera piedra.
Esto
significa ( y parece que Cristo tenía ideología colectivista), que
nadie, en un sistema dado como el actual, se libra de la matriz
indeleble, de la señal de la Gran Bestia del beneficio privado y su
gangrena correspondiente. Todos si no caímos resbalamos en este foso
de magna putrefacción que espantaría al mismo Dante.
Pero
resulta que la justicia , que vive del lucro y del egoísmo privado
es incapaz de moverse sin el principal aceite del sistema, que es el
capital y que confiar en él sería como respaldarse en el verdugo
para no ser decapitado.
Por
eso no es casual que la motocicleta de la Revolución Ciudadana se
llenó de atorrantes juristas y leguleyos arrogantes. Se acuñaron
como moneda de ley, la indebida y falsa sentencia del llamado debido
proceso; tópicos trillados como estado de derecho, de
acuerdo a derecho, y se acumuló tantas leyes, reformas y
contra-reformas, tipos de delito y reglamentos y derechos que todo el
mundo quedamos enterrados en la enciclopedia jurídica capitalista
ecuatoriana, la cual le sirvió muy bien a la dictadura correista
para incoar enciclopédicos y millonarios procesos contra periodistas
y opositores, para judicializar la política y politizar la justicia
y dotar de inmunidad política y judicial al jerarca de Carondelet y
sus compinches de la paradisíaca década ganada a punta de
motocicleta.
Sin
rebajar una milésima el mérito de Villavicencio y Zurita ni de la
necesidad de la investigación puntual de cada caco administrativo o
de corbata privada, nacional o internacional, la declaración de
Villavicencio Este estado no me representa, este procurador que
debería velar por los intereses de las víctimas no me representa,
es a lo mejor un consciente
reconocimiento que no se puede combatir la delincuencia capitalista
con instrumentos capitalistas.
Si el mismo Villavicencio fuera nombrado fiscal o procurador no
dudamos que haría una buena labor de limpieza, pero más pronto que
tarde se encontraría frente al tope del sistema que le gritaría
como un apóstol del siglo XXI:
¡Basta ya de atacar al interés privado! ¡En este sistema manda
el interés privado con o sin corrupción! ¡No puedes atentar
contra el incentivo de la ganancia que es el pilar del derecho y de
la democracia en que se basa la acumulación del capital!
Lo que en términos populares se traduciría así: Qué pasa, aquí
en el territorio de la ganancia merece obtener beneficio tanto el
Seco Guerrero y Pueblo Nuevo como la Synohidro, el increíble Galo
Mora como los vivísimos petroleros chinos o los excelentes
sobornistas de Odebrech. Estamos en democracia y no importa la
ganancia del dólar de un chalán o el primer millón de Jacobito, el
método del lucro es el mismo ¡dejen en paz al negocio democrático!
Resulta, por consiguiente, que el mismo método y el mismo sistema
de lucro funcionan en los 6.000 dólares que recibió a mansalva
Correa, que los Papeles de Panamá, los Nina Papers o el saqueo de
los recursos del estado vía privatización de las empresas o vía
chulco del Fondo Monetario y Banco Mundial. Todos se hacen ricos y
solo el pueblo pobre y trabajador muere de hambre. Y no es lo mismo
robar un dólar para no perecer de hambre que un millón por la
idolatría de la voracidad.
Entonces:
No
se puede ni se debe recurrir al verdugo privado para librar a las
víctimas sociales de delincuentes que cometen atracos sociales para
beneficio privado. En el
capitalismo la justicia y la democracia también son privados, es
decir están en la misma motocicleta que los cacos que nos arranchan
la cartera o el celular. Tan
simple como eso.
La
democracia capitalista y los guardianes armados de la justicia del
capital a lo mucho nos darán un chivo expiatorio como Glas o talvez
Correa, de paso en una cárcel de paso, o quizás a uno o dos más
buenos o malos ladrones, para calmar a la multitud con sed de
verdadera justicia, pero sería soñar despierto esperar que toda la
banda y sus infinitas ramificaciones sea
sentenciada y condenada y menos, mucho menos, que devuelvan el dinero
robado y sepultado ahora en la evidente necrosis del sistema
financiero y bancario capitalista.
Un
buen cirujano recomendaría extirpar el tumor maligno de raíz. Esto
en términos sociales solo significa acabar con el capitalismo.
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