Dialéctica del mundo, España y Ecuador

Dialéctica del mundo, España y Ecuador

Fabián Núñez Baquero

La dialéctica del mundo y del universo, su dinámica y movimiento, son contradictorios. O, en otras palabras, la realidad es contradictoria, todo se mueve atravesado por la contradicción. Nada es de un solo color, todo es vario pinta, el mundo objetivo es híbrido y los hombres y su pensamiento reproducen en su vida y en su trayectoria-como la cebra en su piel- su condición de ser y no ser, de existir unos y devenir otros. Grandes pensadores como Platón en el Parménides, bordeando con perspectiva genial la madeja dicotómica del ser, no alcanzaron la fácil- ahora para nosotros- evidencia de que todo es y no es al mismo tiempo. Aristóteles niega taxativamente esta certeza y Sócrates, con su mayéutica atisba con rasgos poderosos la puerta de la dialéctica de los opuestos, pero no entra en ella.
Ahora en el mundo capitalista tenemos oposiciones frontales: un colosal desarrollo de las fuerzas productivas, una verdadera revolución en la ciencia y la tecnología, y un pobre, famélico adelanto en las condiciones de vida de millones de seres humanos. La verdad millones padecen hambre, millones son refugiados o emigrantes, mientras el proletariado mundial produce en tan vasta escala que la riqueza se desborda por todos los márgenes y la técnica y la ciencia globalizan y optimizan la producción. Marx ya vio esta contradicción: Un mundo con riqueza colmando y derramando las despensas del mercado, sobre todo de los ricos, pero distribuyendo migajas para el proletariado y los pobres. Y él lo llamó la contradicción fundamental del modo de producción capitalista.
 Los dos ejes que polarizan el movimiento de este sistema son la ganancia y la propiedad privada en un extremo y la miseria o pobreza de millones en el otro extremo. La ganancia que patrono o estado extrae de la plusvalía- trabajo no pagado- y que se convierte en capital, y el trabajo enajenado al obrero que le sume a éste en un estado ambulatorio entre la inestabilidad del empleo y el arroyo, entre su calidad de esclavo asalariado- cuando tiene la suerte de tener trabajo- o emigrante en busca de una esclavitud mejor, en un paria sin patria, o cuya patria es el planeta. La tensión dinámica del planeta se mueve en este engranaje entre capital y trabajo enajenado, entre riqueza excesiva en pocas manos y miseria y hambre de millones. Y este fenómeno es universal y local: la parte y el todo en dialéctica no es lo mismo que la parte y el todo en lógica formal.
 En dialéctica la parte reproduce el todo, solo que, en forma característica, particular: la crisis del capitalismo en España y su secuela de corrupción es en esencia la misma que la crisis del capitalismo y su secuela de corrupción en Ecuador.

España demolida por la corrupción capitalista

En España operan las mismas leyes de acumulación de capital y robo de plusvalía que en Ecuador solo que en forma característica y particular en cada caso. Un partido conservador como el Partido Popular, que dirige Rajoy, es responsable de la malversación de fondos, enriquecimiento ilícito, negociado del ladrillo, burbuja inmobiliaria, de quiebra de bancos y financieras que enriquecen a una élite mínima; de una política que ha llevado a España a un paro de más del 23% y a un estado de tal gravedad económica y social que ha hecho exclamar al ex Nobel de economía Stiglitz, que durará siquiera una década su recuperación parcial. Stiglitz de hecho ha afeado el cinismo de Rajoy cuando éste proclama cifras de mejora en la economía española. Lo que no dice Stiglitz es que la mejora o empeoramiento de la economía de España depende en última instancia de la lucha del proletariado por eliminar el poder de la burguesía e imponer la igualdad social.

 El descalabro de Alianza País y el correato  

En Ecuador el movimiento Alianza País y su dirigente Rafael Correa son responsables de la malversación de cientos de miles de millones de dólares de un boom petrolero que llevó a cifras de ingreso al erario nacional de más de cien dólares el barril; enriquecimiento ilícito de miles de funcionarios y dirigentes de alto rango del estado a través de las coimas de la empresa brasileña Odebrech y otros negociados, que ahora pide la oposición con razón una fiscalización total del régimen correista. La novedad, lo característico del caso de Correa y Alianza País ha sido que el ejercicio del poder lo ejecutaron a nombre de una llamada revolución ciudadana [1]y del denominado socialismo del siglo XXI,[2] que ahora se reconocen como disfraces para consolidar un capitalismo brutal y una dictadura que no ha vacilado en recurrir a la represión del movimiento campesino defensor de la Tierra y su preservación, de amordazar y enjuiciar a periodistas honestos que han denunciado las tropelías del régimen, que ha engañado a becarios y a proyectos educativos, que ha levantado elefantes blancos de refinerías que nunca se construyeron o de aeropuertos que sirven para nadie; que ha usado sobreprecios en carreteras, hospitales,etc, y que, según varios opositores, hasta ha recurrido al crimen.
Pero el crimen mayor de Correa y los correistas ha consistido en ensuciar el nombre del socialismo con su política de entraña y acción capitalistas. A más de dilapidar, malversar y evaporar el ingreso de cientos de miles de millones de dólares en la época de mayor riqueza obtenida en el Ecuador.
 Mientras en España Rajoy y su partido están de alguna manera en la cuerda floja por la moción de censura de Podemos y las sistemáticas denuncias de corrupción. En Ecuador el correato se mantiene casi intacto porque ahora hay un gobierno del mismo movimiento Alianza País, representado por Lenin Moreno que, es obvio, detiene con mucha delicadeza todo acto que lleve a que el gobierno de Correa sea investigado mientras el mismo hermano, Fabricio Correa, ha declarado los vínculos de Rafael con la corrupción de Odebrech.[3] Además, la mayor parte de ministros y funcionarios de alto nivel siguen siendo correistas, lo que significan que son corresponsables de todo lo que ha sucedido en la dictadura anterior.
La ganancia empuja la corrupción en los dos países
 Es visible que en España y Ecuador la voracidad del enriquecimiento- que es la forma que adopta el saqueo de los recursos del erario nacional- es empujada por la espuela de la ganancia, el resorte esencial del modo de producción capitalista en el mundo. Quitada esta plataforma los hombres no operan impulsados por la obtención de beneficios, no pueden buscar apropiación privada, acumulación de capital en un nuevo sistema que los ha eliminado. El socialismo científico es el único sistema que postula un modo de producción para satisfacer necesidades humanas, construir un mundo de trabajo sin salario, sin plusvalía, que es más bien una ocupación para la colaboración fraterna e igualitaria en la producción que sirva con equidad para todos los seres del planeta.
La consecuencia dialéctica real de la real dialéctica objetiva es que tanto en España como en Ecuador se hace necesaria la liquidación del modo de producción capitalista, resorte y palanca de la sed de propiedad privada, de la ganancia fácil, rápida, que lleva a la corrupción.
Reconocer en el pensamiento lo que sucede en la realidad es la primera tarea de la ciencia. Y hombres que piensen de acuerdo a la ciencia son el prerrequisito básico para la transformación de la realidad. Y si ellos se reúnen en organización política es un segundo avance. No es una total garantía, pero es un paso adelante. Cualquier impulso por mínimo que sea para acabar con el capitalismo, que es la esencia de la corrupción, debe ser saludado y aplaudido.

Podemos a la vanguardia y PSOE a la derecha

 En España en estos últimos tiempos Podemos es el movimiento que ha estado a la vanguardia en la lucha contra la corrupción. No podemos ni debemos darle el total aval porque carece de un programa para la revolución que necesita España, pero un tribuno popular como Irene Montero es una esperanza y hay que saludarla. España no es una casa que tiene goteras- para usar el símil de Ribera de Ciudadanos-, la burguesía lo ha demolido hasta los cimientos, por tanto, no necesita una reingeniería sino una revolución. Y no estamos convencidos que Podemos pueda liderar una tarea de esta magnitud. El PSOE a lo mejor nunca fue socialista y ahora menos, a pesar de todas las buenas intenciones del nuevo liderazgo: es un partido de izquierda liberal para obreros, pero los obreros no necesitan ni una directriz sindical menos un partido liberal preocupado de elecciones y votos, alianzas y cotilleos extra políticos. Es muy posible que esté muerto, como dicen algunos de sus ex militantes. Lo que si es verdad es que el PSOE y el partido estalinista de Carrillo no usaron la Transición para expulsar a la monarquía y sostuvieron de esta manera al franquismo ya sin Franco. Pero cualquier paso progresivo debe ser impulsado: por ejemplo, la lucha por la república, sin olvidar lo esencial: en ella debe prevalecer un programa anticapitalista y una dirección obrera. Tampoco ponemos las manos al fuego por la resurrección del PSOE como partido socialista obrero, aunque lo más probable es que resucite como partido liberal. Pero sobre todo lo que necesita España es que los obreros se organicen en militancia política con un programa de igualdad social para retomar la lucha por el poder en la meta de acabar con el sistema del lucro.

El Castro-guevarismo y Alianza País

En Ecuador por más de diez años ha gobernado un movimiento como Alianza País en esencia liderado por una versión falsa de socialismo y perteneciente a la clase media. A Correa- un profesor improvisado de político- le asesoraron y le allanaron el camino miembros de corrientes castro-guevaristas como el MIR- uno de cuyos dirigentes, Gustavo Larrea, es asesor actual en Carondelet-, Alfaro Vive Carajo- que tiene asambleístas y funcionarios de rango-, y Montoneras Patria Libre. Y le apoyaron movimientos como Pachacútec, la corriente estalinista-maoísta del MPD, el partido comunista estalinista y hasta, en cierto momento, el poderoso movimiento indígena.
 Los castro guevaristas, aun tomando el poder no han triunfado en ninguna parte del mundo: desde Cuba hasta Vietnam, de Nicaragua al Salvador, de Corea al Ecuador no han hecho sino mantener al capitalismo intacto, aunque con palabrería ultra radical. Pese a la heroica lucha que venció a los imperialismos en el campo de batalla, en Vietnam ahora existe capitalismo. Pese al triunfo innegable de Sierra Maestra, existe capitalismo en Cuba. El castro guevarismo en Ecuador creó, fomentó, levantó la figura de un sui géneris dictador socialista como Correa y una curiosa élite revolucionaria de clase media capaz de crear miles de leyes de defensa de derechos de hasta cómo comer llapingachos[4], pero que en la práctica han servido solo para el ascenso y enriquecimiento de esta minoría repugnante y arribista.

¿Cómo librarnos del capital y los capitalistas?

 La pregunta más decisiva ahora es ¿cómo librarnos de ellos? Es que Correa y los correistas siguen en el poder, aunque la cabeza cambie. Pero Lenin Moreno, la actual cabeza de estado, fue no solo castro guevarista y de Alianza País sino vicepresidente de Correa. Y existe una masa importante de seguidores entre sectores del pueblo que cada vez se desligan. Los movimientos populares confeccionaron también a su modo la estatua para erigir a Correa al estrellato casi divino y esa clientela del bono de la pobreza- el secreto económico de la defensa a muerte del dictador- sigue vigente con Moreno.   La oposición al correato se agrupó tras la figura de Lasso en las elecciones, y opositores consistentes como Fernando Villavicencio y Palacio, están en el exilio. La oposición electoralista es tan vaporosa como el esmog de la mañana. Es necesaria una fiscalización de Correa para poder seguir adelante, pero ésta no se podrá realizar bajo el mando de su socio, Moreno.
 Tanto la fiscalización como un nuevo régimen fuera de Alianza País no debe hacernos olvidar que no buscamos cambiar de personal capitalista- con cualquier disfraz que sea- sino un gobierno donde los obreros y campesinos luchen por un programa de igualdad económico social y no de ganancia y apropiación privada. Para esta tarea se necesita construir un liderazgo revolucionario


[1] La categoría de ciudadano involucra a pobres y a ricos, propietarios y obreros, es inventada para confundir las clases y hacer creer que los ricos persiguen la misma meta que los pobres.
[2] El peor daño que ha hecho Correa y sus socios Chávez, Ortega, Kirchner, Morales, Funes, es engañar al proletariado presentándose como socialistas.
[3] El mismo Fabricio y su hermana Pierina son acusados de haber sido beneficiados por las coimas de Odebrech
[4] Tortillas de patatas

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