El cuidado del agua ¡cuidado con el agua!
El cuidado del agua
¡cuidado con el agua!
Fabián Núñez Baquero
Desde hace pocos
años aprendimos que el factor fundamental para distinguir planetas con
posibilidad de vida es la de que posean agua. La Tierra lo posee, aunque los
humanos hacemos lo imposible para ensuciarla, inutilizarla, polucionarla,
secarla o desperdiciarla. Es de ver cómo lavan vehículos en calles y en
garajes, derramando el precioso líquido como si éste fuese eterno. Y en las
piscinas, y en las duchas y en ciudades y pueblos la norma es el desperdicio.
Gentes arrogantes dicen, para eso yo pago
el agua, es mi plata la que me cuesta.
Estas personas no se ponen a
meditar que en los desiertos del planeta así tengamos millones de dólares éstos
no nos sirven para nada porque no encontraremos agua ni de chiripa ni por
ningún tesoro o dinero. Lo que nos hace decir para nuestros adentros ¿El
cuidado del agua…? Sí, pero ¡cuidado con el agua!
Cuando vemos que la canícula africana avanza
en España, producto del cambio climático global, nos da mucha pena, y es que sabemos que muchos pueblos africanos
caminan miles de kilómetros para encontrar un pozo que, a lo mejor, lo
encuentran seco, y en pueblos en guerra como en Siria la bestialidad de la
violencia, las bombas, la destrucción de embalses o cisternas, la contaminación
por fósforo o pólvora, etc., destruye este elemento vital. De ahí que lugares
donde hay suficiente agua son en realidad el paraíso. Y nadie puede negar que
el agua con el oxígeno son los elementos sine qua non para la existencia y
sostenimiento de la vida.
Quito, con toda
razón, podría ser llamada la ciudad de la lluvia. Sus torrenciales aguaceros
que parecen diluvios son un verdadero regalo de la naturaleza. Si se los
recibiera con cisternas adecuadas, con una consciente planificación para que no
se canalicen solo en desagües donde corren aguas negras y se mezclen con ellas,
podríamos tener agua incontaminada o, al menos, limpias de bacterias demasiado dañinas. Y
esto porque lo principal es el agua limpia e incontaminada o con un límite permisible de contaminación. Puede faltarnos
todo menos este regalo natural. Más que aumentar el caudal necesitamos mantener
el que tenemos, pero en condiciones de sanidad aceptable.
Todas estas reflexiones vienen al caso por la seria denuncia que hizo hace algunos días Ecuavisa de que tenemos las aguas
contaminadas de heces fecales y bacterias como la escherichia coli. Este canal
televisivo denuncia que no solo el sistema de agua potable está contaminado,
sino también las aguas envasadas y, como es obvio, las gaseosas que se expenden
en las tiendas y supermercados. Pero pasa esta noticia tan peligrosa como si
fuera el anuncio de una nueva marca de producto o de mercado y nadie dice ni
hace nada por remediar esta situación de ser cierta.
La empresa de agua potable de Quito no realiza ningún esfuerzo por
investigar la manera de que esta contaminación se detenga. O, al menos, no informa al público de los niveles aceptables o no de potabilización real que existen o, si al menos la noticia de Ecuavisa tiene o no verdad y hasta qué punto Si lo dejamos sin
resolver puede producirse una pandemia o muchas que no lo podrá detener ni
Mandrake el mago. Es muy posible que algunas enfermedades endémicas que aquejan
a miles de personas sean producto de esta letal intoxicación. La responsable es
directa: la empresa de agua potable, pero no existe ningún pronunciamiento ni
acción anunciada por ella que remedie esta situación. Sabemos que en el planeta ahora todo está contaminado, pero el Agua Potable debería informar lo que está haciendo por mantener a niveles permisibles esta contaminación. Debe establecer una cultura del agua para toda la población.
Sabemos que
Francia ha ofrecido un préstamo no rembolsable para financiar una nueva toma de
aguas desde Papallacta con el objeto de engrosar el caudal y garantizar el
flujo-la cantidad- para la ciudad hasta el año 2040. Pero la cantidad no es
calidad, eso lo sabemos. Y la pregunta
crucial es ¿de qué nos puede servir aumentar el caudal, con un nuevo ramal si
éste será también contaminado al unirse al que ahora tenemos?
Esto de ninguna
manera quiere decir que no se acepte este valioso préstamo. Lo básico, sin embargo,
es la limpieza del actual, el tratamiento integral de las aguas a potabilizar,
no solo con el uso de cloro talvez excesivo, sino un verdadero tratamiento
científico cuyo costo, por muy elevado que sea, es justificable y de absoluta
necesidad. Hay que cuidar el agua, de acuerdo, pero a la vez ahora el peligro
real, inmediato, es el que nos hace gritar ¡cuidado con el agua! ¡Purifiquen el
agua antes que sea demasiado tarde! Y esto solo puede, debe hacerlo la empresa de agua potable.
Comentarios